Esos días de lluvia
El otro día, después de lo que habían parecido siglos, por fin empezó a llover. Conozco a personas tanto que aman la lluvia como la odian. Claro está que a mis amigos por ejemplo les encanta salir, es por ello que la odian.
En mi caso, tampoco es por parecer antisocial, pero uno de mis planes favoritos es ese. Tumbarte en el sofá con una manta por mucho que sea verano y encender la tele. Ver tu serie favorita, aquella película la cual querías echarle el ojo desde hacía meses pero nunca te animaste a ver, asomarte a la ventana y mirar la luna escuchando ese sonido de la lluvia, leer ese libro que tanto te encanta pero nunca tienes tiempo para abrirlo... O simplemente ir en coche a ninguna parte, mirar a la ventanilla y apostar por la gota que seguro que ganará aquella carrera de gotas.
Porque la lluvia cura. Es un descanso. Es detenerte a escucharla, cerrar los ojos.
Y ese simple sonido que te envuelve es mágico, por muy normal o cotidiano que suene. No le quita lo especial, lo auténtico que es y la paz con la que puede envolverte al sentir ese repiqueteo en las plantas de tu abuela que parecen sonreír.
Sonríen porque saben.
Ellas saben que ninguna nube vuelve a ser la misma después de llover.
-Estrella_CaRo
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